Sara Winter, cuyo nombre real es Sara Fernanda Giromin, fue una de las fundadoras de la rama brasileña de Femen, una organización de mujeres activistas que protestan con el torso desnudo a favor de la agenda feminista, del aborto y del lobby gay. 

Luego de pasar por varias provincia de Argentina, visitará la ciudad de Rosario, el próximo lunes 8 de abril en el colegio Virgen del Rosario, ubicado en Salta y Ov. Lagos. Allí brindará una conferencia contando su experiencia en el feminismo y cómo pasó a ser alguien que hoy defiende las dos vidas.

Desde hace años ha experimentado una dramática conversión a la causa pro-vida. Ahora Sara combate la ideología de género e incluso ha pedido disculpas a los cristianos por las ofensas realizadas durante su activismo feminista.

Sara, comenzó a expresar este radical giro en su vida en octubre de 2015, tres años después de co-fundar Femen. “Me arrepiento de haber abortado y hoy pido perdón”, escribió el 14 de octubre, casi un mes después del nacimiento de su segundo hijo.

Cuando se sometió al aborto, con un fármaco proporcionado por una feminista dijo: “sangré hasta casi morir y tuve secuelas gravísimas”. Además recordó quien la ayudó en esas circunstancias “fue un hombre que de pro-feminista no tenía nada”.

“El feminismo debería centrarse más en cuidar a las mujeres que en poner sus vidas en riesgo” con el aborto, alertó, tras recordar las dificultades que sufrió durante los primeros meses de su nuevo embarazo, debido a las consecuencias del aborto anterior.

Para los primeros días de diciembre de 2015, Sara ya había publicado un breve libro digital titulado Zorra, ¡no! Siete veces que fui traicionada por el feminismo”, recogiendo las bizarras experiencias que atestiguó como parte del feminismo brasileño, entre ellas las “orgías, alcohol, drogas y desvío dinero”.

Sara asegura que “el feminismo, en su inmensa mayoría, son mujeres histéricas, que usan las redes sociales para burlarse y humillar a las personas religiosas, predicar el odio a los hombres, además de ser extremistas e irrespetuosas con patrimonios religiosos”.

Después de pedir perdón a personas que había ofendido en sus marchas feministas y arrepentirse de las cosas que había hecho, Sara denunciaba la financiación internacional para promover el aborto en Brasil y pidió perdón por haber formado “parte de ese esquema para la legalización del aborto”.

“A los 22 años me di cuenta que las mujeres feministas no ayudaban a las demás mujeres como debían hacerlo, estaban más interesadas en protestar desnudas, llamar la atención de los periódicos, usar drogas y tener relaciones sexuales de forma irresponsable”, aseguró en su canal de You Tube. .

Hoy en día Sara, cuanta que ha experimentado una dramática transformación a la causa pro-vida, denunciando desde entonces el proyecto político totalitario que impulsa el feminismo. Se convirtió a la causa “provida” y desde entonces combate la ideología de género. Pidió disculpas a los cristianos por “las ofensas causadas” y hace profesión pública de su fe religiosa. Sostiene que el feminismo es el movimiento “más intolerante que conoció” y relata que obliga a las mujeres a “no depilarse, a no usar tacos altos y privilegia a las integrantes que no son heterosexuales”.