El sistema de transporte público de pasajeros en Argentina y también en Santa Fe, debe dar un giro de 180 grados con suma urgencia. No hay competencia real y el mercado se maneja en oligopolios, regulados por los gobiernos de turno.
En Santa Fe y más precisamente en el Cordón Industrial, tenemos apenas dos firmas de colectivos: Rosario y Tata Rápido. Ambas tienen sus precios manejados por el gobierno provincial, que determina los aumentos de acuerdo al momento político.
Ahora bien, de una vez por todas debemos beneficiar al usuario, que paga precios altos con malos servicios y pocas frecuencias. Por eso mismo el objetivo debe ser atraer firmas qué quieran competir y al igual que Uber, desregular el manejo de precios. Para que así el usuario pueda inclinarse por el precio que prefiera, tal como sucede hoy con el transporte en auto donde Uber y DiDi cobran muchos menos que las taxis, cuyos valores son manejados por los municipios.
Los pasajeros no podemos quedar atados a oligopolios que en convivencia con Provincia y sindicatos, perjudicaron a miles el día de ayer. El 2 de mayo no fue feriado pero de todas maneras los colectivos interurbanos funcionaron como día domingo (así lo hacen cuándo es feriado), dejando a la deriva a mucha gente que trabaja en el ámbito privado, sector que funcionó en un 90% de manera normal.
Estamos en el momento justo antes que colapse y que sea cada vez más caro con servicios deficientes. La política debe entender de una vez por todos los cambios y abrir el juego para la llegada de otras empresas en el transporte automotor de pasajeros.