El asesinato de Marcelo David Molina, ocurrido a principios de enero en Roldán, avanza hacia la instancia judicial. Tres personas están detenidas, acusadas de homicidio y robo, en una causa marcada por la ausencia del cuerpo de la víctima.
Marcelo Molina fue visto por última vez el 3 de enero, cuando llevó a su hermana al trabajo. Desde entonces, no volvió a responder sus mensajes y llamadas. Según su familia, las respuestas que llegaron por WhatsApp no eran de él, sino de otra persona que informó que se había “juntado” con Romina Coronel, con quien mantenía un vínculo.
Horas más tarde, su hermana notó movimientos extraños en la casa: luces encendidas, puerta abierta y el robo de su camioneta, electrodomésticos y herramientas. El 14 de enero, la investigación apuntó contra Romina Coronel, su hija Cintia y el cuñado de esta, Jonatan Kiefer. El fiscal Adrián Spelta los acusó de matar a Molina, prender fuego su cuerpo en un predio industrial de Funes y arrojar los restos a un contenedor de residuos.
La búsqueda en un relleno sanitario no permitió dar con el cuerpo, y los investigadores consideran que es imposible hallarlo. Kiefer, al ser detenido, confesó el crimen. La hipótesis fiscal sostiene que el asesinato tuvo como objetivo facilitar el robo de las pertenencias de la víctima.
Los tres imputados siguen presos y enfrentan cargos por homicidio criminis causa, con expectativa de prisión perpetua. El Ministerio Público de la Acusación busca llevarlos a juicio antes de fin de año.
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Editorial AGO. 13 2025